domingo, 23 de noviembre de 2008

Híbrido 1_Hojaldre


Conjunción entre el filtro del Islam y el del contacto reverencial.
El objeto se posa en el terreno abarcándolo todo: no tiene unos límites definidos, porque el musulmán puede rezar en cualquier sitio, la tierra entera es su mezquita. Aparecen así distintos tipos de espacios: zonas entre árboles cubiertas por simples planos perforados, espacios intermedios y espacios más cerrados donde desarrollar el programa más propio de una mezquita: oración, asambleas, clases... El interior se concibe así como un gran espacio diáfano, donde los elementos estructurales se sitúan en los laterales y agrupan zonas de almacenamiento del mobiliario necesario para cada actividad. Debido a la diversidad de programas posibles, la cubierta se adapta a los mismos, curvándose generando distintas alturas dependiendo de la actividad que se realice en el interior. Además, se compone de varias capas que se superponen (como si fueran el hojaldre del murciano pastel de carne), iluminando de distinta forma el interior dependiendo del programa necesario.
El objeto es como un conjunto de nubes que se posan sobre el terreno, se confunde con los árboles cercanos. Éstos constituyen el "bosque humano": quien quiera pasar al interior tendrá que plantar antes un árbol, de manera que a medida que crecen sirven de soporte a leves cubiertas que en un futuro puedan ser la ampliación del objeto.
Para los musulmanes es muy importante la disciplina, el orden, por lo que todo el objeto se organiza en franjas lineales (las láminas de la cubierta, las piezas estructurales y de almacientamiento, el arbolado) que marcar la dirección en que tienen que formarse las filas a la hora de rezar.
En el interior, la luz tamizada por las distintas capas del hojaldre crea un espacio mágico propicio para la oración y meditación.

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