Vivimos en una sociedad globalizada, donde las distancias desaparecen y en un mismo lugar podemos observar multitud de religiones y culturas. En este contexto, la importancia de la religión parece relativizarse: si tantas opciones diferentes ofrecen la salvación, ¿qué camino seguir? Por otro lado, esta relativización lleva a una inevitable reivindicación cultural, a reclamar lo propio como verdadero, a fundamentalismos y atentados terroristas. El hombre se encuentra en la encrucijada, en un cruce de caminos ante el que elegir multitud de opciones posibles... ¿Nos ayudarán realmente las instituciones globalizadas en la encrucijada?
lunes, 6 de octubre de 2008
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